martes, 16 de octubre de 2007

Media de Babilafuente 30 Septiembre 2007

Encerrona de primer grado podríamos considerar esta carrera. El aleve grillo nos condujo arteramente a aquella su ciudad para que ejercitásemos algo las piernas. La mañana amenazaba lluvia y ciertamente cumplió su amenaza.
La aventura comenzó en la estación de RENFE de Salamanca (campera) donde los cuatro locos fuimos trasladados apretadamente, al más puro estilo de Auschwitz, hacia los campos de exterminio de Babilafuente. Una media hora más menos. Habiendo llegado, nos condujeron bajo una fría y constante lluvia hasta la plaza en la que se encontraba la salida y donde, ateridos y calados, nos tuvimos que refugiar de las inclemencias durante más de media hora bajo la arcada de un puente donde nos planteamos seriamente volvernos en el mismo tren que nos había traído.
Al llegar la hora de la salida, el cielo nos ofreció una tregua y comenzamos la carrera en seco. El principio como siempre: Sebas y Vicente escopetados, Miguel buscando acomodo visual, un poco más retrasado y Cristina, a su bola, con sus sempiternos auriculares. Sebas y Vicente, siguiendo su ritmo, no muy rápido, pero constante, fueron adelantados por los más veloces, pero a partir del kilómetro 5 no hicieron otra cosa que ir "comiendo", más bien deglutiendo; numerosos fueron los grupos que engulleron de forma pausada pero implacable. A 4 kilómetros de la meta se les unió desde atrás un amigo de la infancia del nativo Sebas que no tuvo más remedio que ceder en la última cuesta que acometía la capital. Entrada conjunta de Sebas y Vicente en un tiempo bueno, pero discreto; a continuación Miguel con una buena marca y al final Super Cristina que batió su registro personal.

En resumen, buenas vibraciones en una carrera lisa y llana en la que el tiempo favoreció la marcha.
Una vez finalizada la carrera, el indígena nos condujo a un lugar llamado Los Cuatro Postes (o algo así) donde, en compañía del resto de la expedición, es decir, las dormilonas, no nos quedó más remedio que reponer fuerzas con arreglo al catecismo del atleta: escaso y ligero. Para muestra, y a modo de botón, baste la imagen de una ínfima parte de los frugales y livianos alimentos que nos mercamos.

A partir de ahora, comienza el entreno de otoño para preparar la temporada de invierno/primavera (Getafe, Latina, Universitaria, Madrid) que desembocará inexorablemente en la maratón de Madrid, a la que Miguel, el Gorrión de Abantos, este año se va a apuntar.